Argentina registra un 59% de spam telefónico, siendo el segundo país más afectado de la región

Las estafas telefónicas evolucionan y se adaptan a nuevas tecnologías. En ese contexto, dos modalidades preocupan por su creciente presencia en Argentina: el vishing y el wangiri, ambas vinculadas a llamadas internacionales que se cortan abruptamente o buscan obtener datos personales.
El vishing (combinación de “voice” y “phishing”) consiste en llamadas fraudulentas en las que el estafador se hace pasar por una entidad legítima —como un banco, empresa de servicios o agencia estatal— para obtener información confidencial del usuario, como claves, números de tarjeta o datos personales.
Por su parte, el wangiri (término japonés que significa “una llamada y corte”) se basa en generar llamadas perdidas desde números internacionales. El objetivo es que el usuario devuelva la llamada, lo que puede derivar en cargos elevados o en la activación de servicios premium no autorizados.
Según datos recientes, Argentina registra un 59% de spam telefónico, ubicándose como el segundo país más afectado de América Latina. Esta cifra incluye tanto llamadas fraudulentas como promociones no deseadas, encuestas y otros intentos de contacto no solicitados.
Señales de alerta:
- Recibir llamadas inesperadas desde prefijos extranjeros no reconocidos y que la llamada se corte rápidamente (clara señal de wangiri).
- La conversación incluye solicitudes de información confidencial (códigos, claves, datos de tarjetas), alegando ser una confirmación urgente.
- El número mostrado coincide con una entidad conocida, pero el interlocutor presiona para actuar de inmediato.
¿Cómo protegerse?
- No devolver llamadas de números desconocidos, especialmente si son internacionales.
- No brindar datos personales por teléfono, aunque el interlocutor diga representar a una entidad oficial.
- Activar filtros antispam en el celular o consultar con la compañía telefónica sobre opciones de bloqueo.
- Denunciar los números sospechosos ante organismos de defensa del consumidor o plataformas especializadas.
La concientización y la prevención son claves para evitar caer en este tipo de engaños, que apelan a la urgencia, la confusión o la curiosidad para vulnerar la seguridad de los usuarios.