“Todo empezó hace cuatro años, cuando hacíamos paisajismo juntos. Estábamos en pandemia y la gente quería hacer cosas en sus jardines”, nos cuenta Nicolás Goldman (30) de Antera, empresa de ambientación y diseño floral que creó junto con su pareja y socio, Manuel Mazzaro (46).
En pocos años, Antera se volvió un gran elegido por músicos, artistas, diseñadores, parejas próximas a casarse y hasta personajes del mundo futbolístico para lograr, en sus diferentes eventos, ambientaciones fuera de lo común y con un gran trabajo floral.
En su día a día, buscan continuamente la mayor diversidad posible de productos y especies autóctonas, dejando atrás viejas tendencias florales y así demostrar la diversidad botánica del mercado argentino. “Desde el principio, intentamos mostrar una estética floral contemporánea combinada con elementos vintage y de colección; un universo que nos encanta”.
En su pasión por lo silvestre y lo natural, en sus mesas también suelen usar frutas y verduras, una tendencia mundial. “Se volvió muy cara la flor en Argentina, entonces la fruta es un recurso interesante y económico para generar volumen”.
En sus tiempos libres, Nicolás y Manuel pasan horas mirando inspiración en los diferentes proyectos que llevan adelante colegas de Argentina y otras partes del mundo. “Es un bombardeo visual que te va quedando en el inconsciente. Quizás no te inspira para hacer algo exactamente igual, pero te ayuda a seguir creando. Cuanto más interesante y más creativo sea el mercado, más se nutre y educa al consumidor. Si hay cada vez más personas que hacen cosas más interesantes, la gente se va animando a salir de lo clásico”.
“Antera es parte de quiénes somos como pareja y lo que venimos construyendo juntos a través de todos estos años”.
Nicolás Goldman, Antera
La raíz de todo
Nicolás estudió cocina y trabajó varios años en diferentes restaurantes. En ese momento, también se especializó en producción vegetal orgánica. “Estudié en profundidad botánica, fisiología vegetal y química biológica. Me enamoré de las plantas y, en mis tiempos libres, empecé a hacer jardines y balcones de diferentes casas. Es en esa época que lo conozco a Manu“.
“Su departamento estaba repleto de plantas muy bien cuidadas; también tenía una impresionante colección de jarrones y floreros heredados. Entré en su mundo y ví algo muy mío. Le presta mucha atención al detalle y, por más que cada uno tiene su estilo, compartimos gustos”.
Manuel es fotógrafo de profesión y su amor por las plantas empezó desde pequeño. Su ojo entrenado es fundamental para retratar los diferentes proyectos de Antera. “Tengo el plus de que estoy involucrado en todo el proceso: sé lo que queremos transmitir de cada uno”.
Si hay algo que une a Nicolás y Manuel -además de Antera- es el pasatiempo de recorrer juntos diferentes mercados de antigüedades. “Todo empezó en 2021, cuando estábamos organizando mi cumpleaños y fuimos al Mercado de Flores. Cumplo en septiembre, así que estaba lleno de gente. Compramos un montón de flores y armamos -sin saber mucho- unos arreglos medio locos”, recordó Nicolás.
Sus creaciones empezaron en casa. “Si bien era bastante arduo ir al Mercado cada mañana, volvíamos cargados y entusiasmados pensando qué florero de nuestra colección o de los que habíamos comprado íbamos a usar para armar pequeños escenarios”.
Nicolás y Manuel recuerdan aquellos primeros tiempos entre risas, cuando subían las flores por un ascensor minúsculo del edificio histórico donde vivía Manuel. A medida que Antera fue creciendo, se mudaron a un taller antiguo en Paternal y finalomente, hace dos meses, a este espacio en Vicente López.
Antera pone la mesa para Living
“Además de ser nuestra casa, este lugar funciona como estudio. Hay un diálogo constante entre la colección exclusiva de Antera, que son objetos comprados, pensados y diseñados para el trabajo, y nuestra colección personal de objetos”, cuenta Nicolás de este nuevo espacio, al que se mudaron hace dos meses.
También, lo pensaron como un espacio creativo para el reencuentro con su equipo, que crece año a año, y un espacio para reunirse con sus clientes. Cuando visitaron la casa por primera vez, se enamoraron de su gran comedor.
Para Living, armaron una mesa primaveral, con armonía entre los colores pasteles de las sillas, el verde agua de las velas y los detalles, y los colores vibrantes de las flores y sus jarrones.
“Queríamos que nos representara a nosotros y cómo solemos recibir a nuestros amigos y seres queridos. Nos juntamos bastante seguido a comer sushi y creo que hay muchos guiños a elementos asiáticos, que es una estética y una cultura que nos inspira mucho”, explicó Nicolás.
Flores y mucho color
Nicolás se identifica con un estilo más kitsch y colorido, a diferencia de Manuel, que confiesa tener un estilo más sobrio y tranquilo. “Siento que esa combinación se traduce en nuestras ambientaciones. Creamos un universo que convive y dialoga en un lenguaje compartido».
“A mí me encantan los colores. Siento que dan mucha personalidad. A veces veo casas o eventos con puestas espectaculares, pero en tonos neutros y, después de un rato, ya me aburre. Hay personas que les pasa al revés, el color las satura rápido y necesitan un poco de paz. Es algo muy personal”.
“Para mí, el diseño implica enamorarse de distintas cosas todo el tiempo”.
Manuel Mazzaro, Antera.
En una de las tantas idas al Mercado de Flores, Nicolás y Manuel conocieron a Irina Khatsernova, reconocida rusa radicada hace varios años en Buenos Aires, a quien le llamó la atención la selección de flores que habían hecho esa mañana. “Es la florista más innovadora a nivel arreglos, con mucho foco en el detalle. Ella nos inspira y creo que es un sentimiento mutuo. Tenemos un muy lindo vínculo”.
“Nos consideramos floristas amateur, en algún punto, porque no tuvimos una formación académica. Pero somos grandes investigadores”.
Manuel Mazzaro, Antera
“Nosotros siempre fuimos de prestarle atención a las flores ‘de jardín’, que quizás no son las más caras del mercado y para mucha gente son ‘yuyos’, como la flor del brócoli, la colza. Nos gusta hacer combinaciones de flores silvestres con las importadas, principalmente de Colombia y Ecuador».