Lima Metropolitana y el Callao sintieron un temblor de magnitud 6.1, según el Instituto Geofísico del Perú (IGP). El movimiento telúrico se desencadenó la mañana del domingo 15 de junio, Día del Padre.
El epicentro se ubicó a 30 km al suroeste del Callao, a 49 km de profundidad. El movimiento provocó el colapso parcial de estructuras en la Costa Verde, interrupciones en la Línea 1 del Metro de Lima y daños menores en viviendas y centros educativos.
Una persona perdió la vida en Independencia, donde una pared en construcción cayó sobre él, y cinco resultaron heridos por escombros o caídas. El IGP anunció que esta cifra de 6.1 se actualizó tras el análisis de redes sismológicas y renovó la advertencia de un posible terremoto de magnitud 8 en la costa central.
Ante este panorama, se recordó que hace unos años, el exdecano del Colegio de Arquitectos del Perú, José Arispe, señaló que ocho de cada diez viviendas en Lima podrían sucumbir ante un terremoto.
Resaltó que el riesgo se acelera por el uso de materiales inapropiados y la construcción informal en distritos como Villa El Salvador y San Juan de Lurigancho, donde la debilidad de los suelos puede generar fenómenos de licuefacción que comprometan las estructuras: “se producen pozos de arenas y las casas se hunden”.
Arispe también advirtió que la poca disponibilidad de zonas públicas para evacuar y el uso de hormigón pesado sin estudios previos han convertido muchas edificaciones en “armas contra el humano”, pesadas e inestables ante un sismo.
Por su parte, Rudolf Giese, decano de la Facultad de Arquitectura de UCAL, indicó hace unos años que el 93 % de las viviendas construidas recientemente en Lima son informales, carecen de planos y no cuentan con la supervisión de un profesional.
Como resultado, más del 80 % del parque habitacional metropolitano presenta deficiencias estructurales importantes. Giese advirtió que casi 200.000 viviendas colapsarían y 350 000 más quedarían inhabitables en un tsunami provocado por un sismo de magnitud 8.0 o superior.
Distritos vulnerables y tipo de suelo
La situación se agrava en zonas donde el suelo es blando —arenoso o arcilloso—. El CISMID identificó distritos como Villa El Salvador, Ventanilla, Comas, San Juan de Lurigancho, Ate, La Molina y Chorrillos como las áreas con mayor riesgo por amplificación de ondas sísmicas y potencial licuefacción.
Según Cenepred, en estos sectores habitan más de 1,7 millones de personas, y 439 558 viviendas están clasificadas en nivel de riesgo alto o muy alto. En particular, obras en suelos no consolidados podrían hundirse o colapsar durante un fuerte temblor.
Antecedentes sísmicos
En 1940, un sismo de magnitud 8.2 destruyó cerca del 80 % de las edificaciones en Lima y Callao, especialmente en Chorrillos, Barranco y La Molina, con alrededor de 200 fallecidos. En 2007, el terremoto de Pisco (Mw 8.0) causó daños significativos. A pesar de ello, la reconstrucción no incorporó transformaciones estructurales integrales.
Especialistas proponen aplicar soluciones estructurales asequibles: mallas metálicas, anillos horizontales en muros, pilares adicionales y conexión adecuada entre elementos verticales y horizontales. En casos críticos, se sugiere demoler y reconstruir con supervisión técnica. Además, incentivos económicos o bonos para regularización y mejoras estructurales podrían incentivar reformas en zonas informales.