En medio de la escalada de tensiones entre Ucrania y Rusia, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky advirtió que el gobierno de Vladimir Putin emplea buques cisterna denominados “fantasma” para incursiones encubiertas.
Estas operaciones incluyen posibles actos de sabotaje y el lanzamiento de drones contra territorio europeo. La denuncia surge tras una sucesión de ataques a infraestructuras estratégicas en países de la Unión Europea (UE), como Alemania y Dinamarca.
Según confirmó France 24, las autoridades ucranianas compartieron esta información con sus aliados occidentales para lograr acciones coordinadas de protección y control sobre las aguas internacionales.
Más de mil de estos buques operarían con identidades falsas o registros irregulares, lo que dificulta su rastreo. Zelensky aseguró: “Los rusos utilizan buques cisterna para obtener ingresos para la guerra y también para actividades de reconocimiento e incluso sabotaje”.
Las autoridades europeas mantienen investigaciones abiertas tras sucesivos incidentes aéreos relacionados con drones no identificados en espacio aéreo comunitario. En septiembre, sobrevuelos de drones en Dinamarca provocaron el cierre temporal de varios aeropuertos, y en octubre, la suspensión de operaciones en el aeropuerto internacional de Múnich por la detección de estos vehículos aumentó las alarmas por posibles tácticas rusas dirigidas a desestabilizar infraestructuras sensibles.
Además, la denominada “flota fantasma”, operada en la clandestinidad desde Rusia, facilita eludir sanciones económicas y embargos petroleros de la UE y Estados Unidos.
Sin embargo, la denuncia ucraniana apunta a un rol más activo en el apoyo logístico a acciones hostiles fuera de Ucrania. Hace unos días en un operativo de la gendarmería francesa, detuvieron el petrolero ‘Boracay’, involucrado en la flota irregular. El cargamento incautado equivalía a 100.000 toneladas de petróleo ruso sin documentación oficial.
El presidente francés Emmanuel Macron consideró estratégica esta red marítima: “Entre el 30% y el 40% del esfuerzo de guerra ruso se financia con los ingresos de la flota paralela”, sostuvo.
Además, exhortó a reforzar las acciones conjuntas para bloquear estos flujos, estimando que reducir esos recursos podría limitar la capacidad militar de Rusia en Ucrania.
Debido a estos incidentes, Kiev solicitó el cierre de los mares Báltico y Negro a embarcaciones rusas identificadas con la flota fantasma. Las autoridades ucranianas formalizaron peticiones a sus aliados europeos para intensificar el monitoreo e impedir el empleo de estos buques con fines de espionaje o sabotaje en aguas internacionales.
El refuerzo de la vigilancia marítima y aérea coincide con nuevos ataques con drones en territorio ruso y europeo. El 3 de octubre, la suspensión temporal del aeropuerto de Múnich afectó a cerca de 3.000 pasajeros y provocó la cancelación de 17 vuelos tras reportes de drones. Días antes, Dinamarca experimentó una situación similar en sus principales terminales aéreos.
Diversos medios europeos vinculan estos episodios con estrategias de guerra híbrida impulsada desde Moscú, mientras que Rusia niega cualquier implicación.
La presión sobre las rutas marítimas transcurre en paralelo al recrudecimiento del conflicto armado. El día en que Zelensky realizó su denuncia, Rusia registró un ataque masivo con drones de origen ucraniano. El Kremlin reportó la interceptación de 184 drones, aunque uno impactó en la central nuclear de Novovoronezh.
La agencia nuclear rusa Rosenergoatom afirmó que el dron “fue suprimido por medios técnicos” antes de detonar junto a una torre de refrigeración y garantizó la seguridad de la planta y la estabilidad de los niveles de radiación.
Mientras tanto, continuaron los enfrentamientos directos. La 141ª Brigada Mecanizada ucraniana informó la eliminación de 50 soldados rusos y la captura de otros ocho en la región oriental de Dnipropetrovsk.
El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania elevó el balance, afirmando que más de 1.117.360 soldados rusos habrían muerto desde la invasión, pero fuentes independientes citadas por France 24 sitúan la cifra solo entre decenas y varios cientos de miles.